Eres todo y más que todo,
eres sangre, de mi sangre
y por tus venas,
corre el río de mis huellas
que te dejé grabadas,
cuando en mi estabas, y yo en ellas.
Semilla, que brotó en árbol
Germinando.
Y hojas y fruto maduro,
que creció, de tanto amarlo.
Eres sí, más que mi hijo, mi amigo
eres más, que mi llanto sombrío,
la alegría del río bravío
y la pena de la melancolía.
Eres todo y más que todo,
eres hijo, entraña de mi entraña,
y en lo profundo de mi alma,
alzo la voz para nombrarte,
lágrimas corren por mi rostro,
gime el corazón, al recordarte.
viernes, 19 de septiembre de 2008
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